Miramos abajo y un grupo de jóvenes entusiastas se interesaban por lo que había pasado allí.
El secreto lo tenían sobre sus cabezas, bajo sus pies, y tras centenares de años de explotación y alguna explosión definitiva.
Alguien del lugar trataba de explicarlo con conocimiento de causa.
¿Cómo resumirlo?. En ello estamos.
Nunca habíamos visto tanta gente en el otrora Lago de Ándara.
Y esta vez, lo mejor es que eran la mayor parte jóvenes.
Aquí tienen un pequeño vídeo en 3D muy ilustartivo.
Estos otros, son gracias a la perseverancia de Andrés de la Torre y su revista digital Montaña Montaña.
Primera parte
Segunda parte
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